El “viento de las brujas”, como se lo conoce mundialmente, aparece en Mendoza de abril a noviembre y –aunque parezca mentira– afecta más a las personas el día anterior a su llegada al llano. Es allí cuando sopla en altura y es ése el momento, según explicó el meteorólogo Luis Nilo González,en que el cuerpo más lo siente. Los efectos típicos son decaimiento, dolor de cabeza, falta de coordinación, y agravamiento de patologías respiratorias y alérgicas, entre otros.
Esto ocurre porque el fenómeno altera la carga eléctrica del aire, el cual se carga excesivamente de iones positivos, lo cual produce alteraciones en la salud y cambios en el estado de ánimo de las personas.
Este fenómeno se genera cuando el viento corre en altura y de allí que en ese momento se produzca su mayor influencia sobre la salud de las personas.
El meteorólogo Pedro Maza comento sobre las características de este viento seco y caliente, que cuando es de alta intensidad deja una estela de daños y mucho polvo en el aire. “Se produce, en promedio, 200 días al año y está presente no sólo en Mendoza y San Juan, sino también en todos lados del mundo donde hay cordones montañosos importantes”, aclaró el especialista.
Es decir, el Zonda no es nuestro y, de hecho, como fenómeno climático ha sido largamente estudiado en Europa y Estados Unidos, no así en las latitudes cuyanas.
Foehn, en los Alpes europeos; Chinook, en las Rocallosas de Estados Unidos y Canadá; Berg-wind, en Sudáfrica, y Norwesterly, en Nueva Zelanda, son los nombres regionales que recibe en otras latitudes nuestro Zonda, que en el país se presenta en la región cordillerana que va desde Jujuy hasta Neuquén, aunque afecta con mayor intensidad Mendoza y San Juan.
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